EEUU presenta sus cartas en contra de Julian Assange
La batalla legal contra el fundador de Wikileaks avanza nuevamente, a diez años de las filtraciones clasificadas.
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Washington
Hace casi una década, Julian Assange dilvugó un torrente de información clasificada que expuso las guerras de Estados Unidos en Irak y Afganistán, y los secretos de los diplomáticos estadounidenses en el mundo.
Ayer, EEUU reveló su respuesta: un escrito de acusación al fundador de WikiLeaks -que había sido mantenida en secreto por más de un año- por el cargo de conspiración para hacer un hackeo computacional.
La acusación contra Assange y su expulsión de la embajada ecuatoriana en Londres, donde había estado los últimos siete años, abrió un nuevo capítulo en la lucha del australiano con EEUU.
También marca una victoria para el Departamento de Justicia de Donald Trump, que había señalado su determinación de procesar a Assange en 2017 cuando Jeff Sessions, el entonces fiscal general, dijo que su captura era una “prioridad”.
Assange ahora enfrenta una batalla de extradición y un posible juicio criminal que va a reiniciar un furioso debate sobre los límites legales del periodismo, y que podría terminar con el fundador de WikiLeaks languideciendo al interior de una prisión federal de EEUU.
Su abogado, Barry Pollack, dijo que las acusaciones sólo equivalen a que Assange “alentó a una fuente a entregarle información, y hacer esfuerzos para proteger la identidad de esa fuente”. “Los periodistas alrededor del mundo deberían estar profundamente preocupados por estos cargos penales sin precedentes”, dijo Pollack.
La historia del caso
El caso en contra de Assange se relaciona con Chelsea Manning, una exanalista de inteligencia del Ejército estadounidense que filtró gran cantidad de información clasificada a WikiLeaks en 2010. El material incluyó un video de dos periodistas de Reuters muertos por un helicóptero estadounidense en Irak y una gran cantidad de memos privados de diplomáticos de EEUU.
Manning fue juzgado por una corte marcial y se declaró culpable en 2013. Su sentencia fue conmutada por Barack Obama antes de dejar el cargo en enero de 2017. Actualmente, ella está en prisión en Virginia por desacato al tribunal después de negarse a responder preguntas ante un gran jurado sobre la filtración de 2010.
En la acusación de siete páginas contra Assange, la oficina del fiscal de EEUU para el distrito este de Virginia lo acusó de conspirar con Manning para obtener la información clasificada y ayudar a descifrar una contraseña del Departamento de Defensa en un esfuerzo por ocultar sus rastros.
La acusación fue archivada en marzo de 2018 y se mantuvo en secreto, excepto por la revelación involuntaria de cargos contra Assange en un caso no relacionado a fines del año pasado. No está claro si el gran jurado, que aún está activo, presentará cargos adicionales.
Robert Mueller, el asesor especial que investigó WikiLeaks como parte de su averiguación sobre la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016, no presentó cargos contra Assange o contra la organización antes de que concluyera la investigación el mes pasado.
Trump había elogiado a WikiLeaks durante su campaña presidencial de 2016, cuando publicó correos electrónicos de los democrátas presuntamente intervenidos por el gobierno ruso para dañar a su rival, Hillary Clinton. Su Departamento de Justicia dejó claro su deseo de enjuiciar a Assange como parte de un esfuerzo para combatir las filtraciones dentro del gobierno.
Ayer, sin embargo, el presidente afirmó no saber mucho sobre el arresto de Assange y dijo que dependería del fiscal general de EEUU, William Barr, para determinar los próximos pasos. Al ser cuestionado si aún amaba a WikiLeaks, dijo: “No sé nada sobre WikiLeaks. No es lo mío”.